Cuando comencé en el mundo de la creación de flores de papel, la primera pregunta fue ¿y cómo empiezo? Hay tantos tipos y fabricantes de papel como tonos tiene el color blanco… Y de pegamentos mejor no hablar. Los alambres tienen diferentes grosores… Así que lo lógico es sentirse muy perdida cuando eres novata.
La elección del papel siempre es fundamental, por tres motivos. Uno, que se asemeje al pétalo u hoja real lo máximo posible. Segundo, que sea fácil de trabajar (si escoges uno muy fino, en cuanto lo quieras trabajar se romperá entre tus dedos). Y por último, que aguante. Sí, que aguante. No me ha pasado sólo una vez que me he quedado enamorada con el trabajo final, y al día siguiente al volver a verla, me he encontrado todos los pétalos caídos y sin forma. Por eso, para cada flor, para cada técnica a aplicar, la elección del papel es lo primero a tener en cuenta.
Y que no me olvide de hablar del pegamento. Para trabajos caseros, cuando no estamos buscando el resultado final de un profesional, un pegamento escolar puede sacarnos del paso. Pero aviso que tardará en secar, y es fácil que se haga una amalgama con el papel, quedando entre los dedos una papilla de colores. ¡Y el olor! Ojo con el olor, porque me he encontrado alguno que varios días después, todavía «compartía» su aroma en la flor finalizada. Igual que con el papel, dependiendo del trabajo a realizar necesitaremos un pegamento u otro. La cola termofusible (la que se aplica con la mini pistola) es maravillosa porque seca rápido, es sencilla de aplicar, e inodora. Pero si hablamos de flores pequeñas o flores que no tienen mucho cuerpo, queda descartada, pues añade volumen.
La lista de materiales que utilizo en mis creaciones es personal, es decir, ha sido escogida por practicidad, resultado y por facilidad para encontrarlos. Me temo que no tengo la suerte de residir en Estados Unidos donde el universo craft es mucho más amplio, y los materiales complejos más sencillos de encontrar y más baratos (lo que me gustaría encontrar alambre floral forrado que no costara un ojo de la cara).
MIS BÁSICOS
Papel crepé. Generalmente utilizo papel italiano de 180 gr (el conocido como papel de florista). Para algunas flores y hojas es imprescindible trabajar con el papel crepé doble (también conocido como doublette o Gloria). Para flores de papel con aspecto más delicado se necesita papel de 60 gr.
Pegamento. Mi favorito, Tacky Glue. Seca muy rápido, aunque hay una versión que seca en cuestión de un momento. Al secar es transparente, por lo que si me salgo un poquito no se aprecia. La pistola de pegamento es otro indispensable, que facilita enormemente el trabajo. Y para algunos acabados, Mod Podge, pero aviso que a mí, el olor me resulta muy intenso. Lo bueno es que una vez seco, ya no huele.
Alambre de florista. Me ajusto al fino, y si necesito un tallo más grueso, uno varios con cinta floral hasta alcanzar el grosor que quiero.
Cinta floral. Es esa cinta que al estirar se va pegando. Es perfecta para unir alambres, para hacer las «cabezas» de algunas flores, para la terminación de algún cáliz. Existen en varios colores y tonos de verde.
Tijeras. Merece la pena invertir en una buena, y cómoda. No recomiendo a nadie tener que cortar cerca de 1000 pétalos seguidos (como me sucede con algunos encargos) con una tijera que no está afilada y que no es ergonómica. Para cortar el papel, tijeras grandes, y luego una pequeñita con punta para los detalles.
Estos son los materiales para la producción. Para la creación, papel y lápiz para diseñar los bocetos de los pétalos y crear el patrón, la flor original si tenemos la suerte de poder conseguirla, y un buen café o copa de vino al lado, porque el proceso es largo.
¡Ah! Y, paciencia. Porque las flores de papel requieren paciencia, mucha paciencia.