Mi primer Sant Jordi

rosa sant jordi papel

Este año me decidí por fin a instalar mi primer puesto de rosas de papel en el día de Sant Jordi. Esta es mi crónica.

El proceso del papeleo fue sencillo, pues tan sólo debes presentar la solicitud indicando tu preferencia de localización. A pesar de que no obtuve el puesto donde lo había solicitado, fue muy cerca, y muy bien situado.

El día de Sant Jordi arrancó a las siete y media de la mañana. Queríamos tener todo listo para cuando los vecinos del barrio de Gracia (mi barrio), comenzaran su rutina diaria. Con la ayuda de mi marido decidí el aspecto que tendría la parada. No la quería clásica, es decir, una mesa, un mantel y las rosas expuestas tal cual. Quería que llamara la atención. Y lo conseguimos gracias a que parecía más el puestecito de una tienda que una parada al uso.

Me apetecía ofrecer algo diferente. Y no sólo al hacer las rosas de papel, que por sí ya son diferentes. Quería ofrecer algo más. Así que encargué unos jarrones de cemento que me hicieron a mano los chicos de voltaderosca (también del barrio), en dos tamaños. De esta manera, tenías tres rosas a escoger. La clásica rosa con su espiga envuelta para regalo, la misma rosa con su espiga pero en maceta, y las mini rosas en mini maceta, con dragoncito de regalo.

Sant Jordi

Tengo que decir que fue un éxito y un subidón para la autoestima. Al no tener tienda física, esta fue la oportunidad de ver en directo la reacción de la gente al ver mis flores de papel. Resultaba simpático que los comentarios negativos «vaya, si son de papel» que recibí varias veces a lo largo del día, para mí eran de lo más positivo. Eso significaba que eran tan realistas que hasta que no se acercaban (pero mucho) no notaban la diferencia. Y creo que ese es el mejor cumplido que alguien que intenta recrear la naturaleza puede recibir.

Hubo bastante gente que se interesó por los materiales y la técnica. Y estuve encantada de poder explicar un poquito de lo que hago con tanto cariño.

No puedo negar que requirió mucho trabajo y esfuerzo, pero mereció la pena. Y si no hubiera sido por la ayuda antes y durante de mi marido, no podría haber aguantado todo el día en la parada con mi barriga de 30 semanas de embarazo. Sobre todo porque al día siguiente tocaba terminar el ramo que se iba a California de manera urgente.

Así que sí, el próximo año repetiré. Eso es seguro.

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