Este artículo va, como su título indica, sobre las flores de papel originales. Pero no por la manera en la que son elaboradas, o el tipo de papel que se utiliza. Déjame que te hable sobre algunas de las flores que me han pedido, que han sido de lo más original.
Algunas flores no se pueden pedir en una floristería. No se comercializan. Poco a poco, por fortuna, va creciendo el repertorio que puedes encontrar en cualquier floristería. Hace bien poco era impensable encontrar ranúnculos o anémonas. En las más atrevidas, comienzan a verse las dalias. Pero, ¿y si te gustan las peonías pero las únicas que están disponibles son Sarah Bernhardt? ¿O querrías un ramo de rosas en ese tono café tan espectacular que abundan por Instagram y lo único que ves son rosas de colores tradicionales? O tu composición ideal combina flores de diferentes estaciones y te quedas, literalmente, a medias.
Para esos gustos rebeldes, diferentes, personales, las flores de papel se presentan voluntarias a aceptar el desafío. Esas son las flores de papel originales.

Las amapolas abundan. Al menos en los campos y cunetas que vemos a través de la ventanilla del coche o cuando viajamos en tren. Pero ya sabes lo poco que duran una vez las cortas. El ramo de novia de Alba llevaba amapolas. Y el de Mar para decorar la entrada de su casa.
La flor de la pasión florece en muchos jardines. Las flores trepadoras no se cultivan para su comercialización como flor cortada. No son fáciles de criar a gran escala, por lo que las podrás encontrar en una floristería en maceta; pero no pidas un ramo con flor de la pasión, porque seguramente te dirán que no se puede. Ana recibió una respuesta muy diferente, porque las llevó en su ramo de novia.
Al hacerlas de papel tuve la ventaja de poder hacerles el tallo tan largo como necesitaba para que quedaran bien sujetas en su ramo.


Al igual que la jara, otra especie que no se cultiva para flor cortada; y que en verdad, no he visto tampoco como planta en maceta, sólo su versión silvestre. Otra flor que Ana decidió incorporar a su ramo por cuestiones sentimentales.
Y Ana no se quedó corta, porque, de nuevo, con un significado muy especial, quiso incorporar otra flor. El cardo. En la cultura anglosajona sí he visto ramos con diferentes especies de cardos. Aquí me temo que estamos a años luz en cuanto a variedades silvestres a incorporar en las composiciones.


Otra flor de papel original que no te resultará tan obvia es una de mis favoritas. El cerezo. Porque María quería dos ramas para decorar una mesa de centro. Y Silvia las quería, con color personalizado, para su ramo de novia. Colores personalizados, tamaños a medida, en cualquier época del año; en definitiva, la magia de papel.
Podría seguir, y hablarte de la alegría de la casa, magnolias, flor de lis (no la heráldica, sino la real), y otras muchas más. Pero creo que con estos ejemplos te puedes hacer una idea de lo que quiero decir cuando afirmo que una de las cosas que más me gusta de este trabajo es crear flores de papel originales.